A classe trabalhadora contra Evo? Duas visões contrárias

24.5.2013

Por estes dias, o periódico digital Rebelión publicou duas notas a propósito do áspero conflito entre os mineiros e o governo de Evo Morales, na Bolívia. Li críticas duríssimas contra Evo, que visaram apenas desqualificá-lo completamente. Isto não é novidade, porém a revitalizada virulência destes ataques me preocupa muito. Por isso, me pareceu importante publicar neste blog as duas campanhas, para que vocês tirem suas próprias conclusões.

Respeitando a ordem cronológica segue primeiro o artigo de Rebeca Peralta Mariñelarena e, depois, o mais recente de Guillermo Almeyra.

Porém, não quis somente limitar-me a compartilhar estas duas visões contrárias. Meu parecer, que também submeto à crítica de meus leitores, é o seguinte: Se Evo fosse esse promotor do capitalismo, como alguns o acusam, a grande incógnita que não consigo elucidar é por que o imperialismo quer acabar com seu governo? Por que os Estados Unidos quiseram dividir a Bolívia em duas em 2008 e não só derrubar Evo? Por que estes dois objetivos da Casa Branca permanecem sendo perseguidos, até o dia de hoje, se o presidente boliviano não tem uma gota de anti-capitalismo e anti-imperialismo?

Outra incógnita: a classe trabalhadora (no caso da Bolívia, os mineiros) nunca se equivoca? É possível pensar que, talvez, os mineiros tenham se deixado levar por seus interesses econômico-corporativos (recordar Gramsci neste ponto) e pressionaram por uma reivindicação irresponsável ou impossível de satisfazer?

Cuidado com o tema da “infalibilidade trabalhadora”! Se não, como explicar a adesão majoritária da classe trabalhadora argentina ao peronismo? Ou a questão é que na Argentina se erra ao apoiar governos burgueses, que não têm no horizonte o socialismo, enquanto na Bolívia, em contrapartida, jamais erram em suas opções políticas?

O tema da repressão policial é grave e se Evo deu a ordem merece toda a nossa crítica. Porém, não esqueçamos que, por décadas, as polícias – e não só na Bolívia – vem sendo adestradas, organizadas e equipadas por diversas agências do governo dos Estados Unidos, entre elas a USAID (que Evo acaba de tirar do país). Não descartaria que a polícia tivesse atuado por sua conta e risco. Ao fim e ao cabo, fazem poucos meses se amotinaram contra ele. Quem estaria disposto a descartar uma operação armada pelo império para desprestigiar Evo? Enfim, são, tão somente, alguns apontamentos que me parecem ajudar a fazermos uma caracterização menos maniqueísta da situação, onde Evo = a maldade e os mineiros = a pureza de uma classe inerentemente revolucionária.

A história real não se apresenta em termos tão simplistas. Um homem que mudou de forma definitiva e irreversível a história da Bolívia e que governa com o apoio majoritário de seu povo – e contra a feroz oposição da direita e do imperialismo – merece um trato um pouco mais respeitoso de seus críticos esquerdistas, sobretudo daqueles que nunca conseguiram deixar uma folha duradoura na história de seus países.

Na Bolívia, em contrapartida, Evo se alça com um alcance histórico extraordinário: nunca mais um indígena poderá voltar a ser (mal) tratado, depreciado e explorado como antes. Entre nós, não seria nada mal termos um Evo como presidente na Argentina, ainda que fosse por um tempinho!

Tradução: Partido Comunista Brasileiro (PCB)

 


Vejam aqui os artigos citados por Atilio Borón, em espanhol:

19-05-2013

Obreros en lucha, ¿qué clase de clase es esa?

Rebeca Peralta Mariñelarena

Rebelión

Desde hace 13 días los mineros de la Central Obrera Boliviana se han declarado en huelga general indefinida por la demanda de incremento en las pensiones, por una“jubilación digna”, dicen. El conflicto ha escalado, de marchas a la sede de gobierno a la voladura de un puente con dinamita en la carretera Oruro-Cochabamba, pasando por el intento de toma del aeropuerto de Trinidad. A las movilizaciones se sumaron otros gremios como el magisterio urbano y rural, los médicos y la policía, ésta última se amotinó y algunas de las esposas de estos policías se declararon en huelga de hambre.

El gobierno de Evo Morales ha sido irreductible al rechazar el aumento del 100% en las pensiones, la solución no parece sencilla, los movimientos indígenas y campesinos se alistan a defender al gobierno, hoy cercado por movilizaciones obreras.

¿Qué hay detrás de todo este enredo? ¿Estamos frente a la justa lucha de los trabajadores sindicalizados que en vez de derechos obtienen porrazos de un gobierno intransigente que ha olvidado que fueron los trabajadores y clases populares del campo y la ciudad los que lo encumbraron?

Para un observador poco avisado y acostumbrado a las fórmulas fáciles la respuesta inmediata será si, punto. Pero la realidad suele ser más compleja. La demanda de los mineros de la COB en las primeras mesas de diálogo con el gobierno consistía en el incremento de las pensiones a su gremio -exclusivamente a los mineros-, por 8 mil bolivianos (1.149 dólares), y por 5 mil bolivianos al resto de los trabajadores (718 dólares). Días después, ante la negativa gubernamental por falta de fondos y riesgo en la sostenibilidad del sistema de pensiones, los trabajadores radicalizarían su demanda y exigirían un aumento en las pensiones al ciento por ciento, considerando el monto salarial obtenido en sus últimas 24 papeletas de pago, lo que dispara las cifras hasta, en algunos casos, pensiones de 40 mil bolivianos al mes (5,747 dólares) en un país donde el presidente gana la suma de 18 mil bolivianos al mes (2,586 dólares). El aumento en las pensiones bien puede considerarse un derecho de los trabajadores, pero no así la exigencia del ciento por ciento planteado por la COB en el contexto boliviano actual.

Contextualicemos: En Bolivia, como en el resto de los países latinoamericanos, en los años ochenta del siglo pasado se impuso un sistema de pensiones de corte neoliberal. Esto es, el trabajador aportaba de manera individual a un fondo propio, sin contribución alguna del empleador y, a veces, con una pequeña aportación del Estado. Así, el trabajador jubilado accedía al fondo de ahorros logrado a lo largo de su vida laboral y cuando el dinero acumulado se acababa el jubilado no tenía más ingresos.

En 2010 el gobierno de Evo Morales aprobó una nueva Ley de Pensiones (Ley No. 065)1 que tiene como base el principio de la solidaridad entre los trabajadores y reestablece el deber del patrón y del Estado de aportar para las jubilaciones de los trabajadores. Cabe apuntar que dicha ley fue consensada con la propia COB y proclamada en la sede de la central obrera. Las principales características de este régimen solidario semi-contributivo son: reducción de la edad de la jubilación (de 65 a 58 años, y las mujeres pueden reducir un año por cada hijo parido hasta un límite de tres, 55 años es la edad mínima de jubilación); establecimiento obligatorio del aporte patronal que había sido eliminando en la ley neoliberal (3% del total de las ganancias del patrón), además de un aporte especial por riesgo profesional; sistema diferenciado de aportaciones de los trabajadores: 1% del salario para los trabajadores de menores ingresos; 5% para los de ingreso medio; y 10% para los de más altos ingresos. Esto es, aportan más quienes ganan más. La nueva ley también establece que el monto de la jubilación se determinará promediando toda la vida laboral del trabajador y no sólo los últimos 24 talones de pago.

Así, se consolida un fondo tripartito al cuál aporta el trabajador, el patrón y el Estado. Se trata de un régimen integral en el que los fondos comunes se distribuyen de manera solidaria al compensar las pensiones de todos los trabajadores, lo que beneficia principalmente a los de menores ingresos. Este sistema compensa a los trabajadores hasta en un 70% de su salario.

La propuesta de algunos grupos de mineros y maestros afiliados a la COB de elevar las pensiones al ciento por ciento de su salario actual liquida el sistema solidario, pues hay trabajadores–específicamente mineros–, que durante toda su vida laboral aportaron cantidades mínimas por sus bajos ingresos y, en los últimos meses –debido al incremento de los precios de los minerales– obtuvieron sueldos elevados, con los que pretenden se les jubile, lo que terminaría por vaciar el fondo común. Algo similar ocurre con los médicos, sector privilegiado de profesionistas con altos ingresos que se ha subido al carro de la COB.

No estamos ante la lucha de los obreros contra un gobierno que conculca sus derechos, sino ante una demanda gremial que beneficia a menos del 17% de los trabajadores bolivianos en detrimento del 83% restante, que es, en gran medida, el que menos ingresos tiene2. Y, dentro de ese 17% serían los trabajadores de mayores ingresos los que más beneficiados se verían al perpetuárseles una jugosa renta mensual.

El problema no está en la negativa del gobierno a aumentar las pensiones, sino en que la demanda en sí es desproporcionada, no existen recursos suficientes para asignar pensiones al 100% del salario actual a todos los trabajadores bolivianos. En unos cuantos años el fondo solidario se evaporaría y las rentas habrían de pagarse con dineros del Tesoro General de la Nación destinados tanto a la inversión como a programas de alcance universal, como la Renta Dignidad, que es una especie de pensión que beneficia, sobre todo, a los trabajadores que ni siquiera pueden aspirar a cotizar un pensión baja pues muchos de ellos se emplean en la economía informal y viven al día. En suma, la demanda de la COB pone en riesgo la propia sostenibilidad de todo el sistema de seguridad social y de redistribución de la riqueza.

Entonces, qué clase de clase son los mineros bolivianos afiliados a la COB que defienden privilegios y los disfrazan de derechos sociales poniendo en peligro un sistema de redistribución que ha reducido la pobreza del 60.1% al 49% de 2007 a la fecha, y la pobreza extrema del 34% al 25.4% en el mismo periodo3. ¿Qué intereses hay detrás del grupo del ex paramilitar Jaime Solares, uno de los principales líderes de las movilizaciones mineras?, ¿A quién beneficia el desgaste de un gobierno que se ha caracterizado por defender los derechos de los sectores más empobrecidos? Muestra de lo anterior ha sido el aumento al salario mínimo nacional en un 127% de 2006 a 20124; la asignación de bonos para niños en edad escolar y mujeres embarazadas, lo que ha reducido la deserción escolar y la mortandad materno-infantil.

¿Qué clase de clase es la COB que por asegurarle hoy una renta estratosférica a unos pocos se apropia de los fondos de las futuras generaciones? ¿Esas son las tareas de la gloriosa clase obrera?, ¿vivir como ricos en un país donde todavía hay quienes carecen de lo indispensable? Está claro que la COB no es un ente monolítico y poco a poco se muestran los matices en las propuestas y acciones de los distintos grupos que la conforman; en las últimas horas líderes mineros se han desmarcado de los posibles intentos de golpe o amotinamiento policial anunciados días atrás, federaciones magisteriales han desconocido a dirigentes que, sin consultarlos, los embarcaron en una huelga general indefinida, y ya han solicitado diálogo con el gobierno.

Y es que resulta paradójico que durante toda la etapa neoliberal la COB no se manifestara con esa fuerza ni constituyera un partido obrero, como lo hace hoy para atacar al gobierno surgido de las organizaciones indígenas y campesinas. Las mismas que ya se aprestan a marchar rumbo a La Paz en una demostración de fuerza y respaldo a su gobierno y su presidente.

Ojalá que la COB sepa comprender su papel en esta revolución llevada a cuestas por los indígenas y campesinos del país, sujetos que si supieron ser sujeto histórico. Ojalá que los mineros y demás gremios dejen de prestarse a los intereses electorales de Jaime Solares y su Partido de los Trabajadores, que asuman la tarea de profundizar el proceso de cambio y no la de ser objeto o instrumento de la contra revolución.

La Paz, 18 de mayo de 2013

Notas:

1. El Sistema Integral de Pensiones, SIP, se compone de tres regímenes, el semi contributivo que es de tipo solidario y se explica arriba; el contributivo y el no contributivo, el primero se financia exclusivamente con los aportes de los trabajadores, el segundo se refiere a la “Renta Dignidad” aprobada en 2007 que consta de 2,400 bolivianos al año más gastos funerales por 1,800.00. Bs., la cual beneficia a los adultos mayores de 60 años.

2. Datos del Ministerio de Economía.

3. Datos de la Comisión Especial Para América Latina, CEPAL. Disponible en: http://www.embolivia.org.br/component/content/article/75-noticias-destacadas/581-cepal-destaca-logros-en-economia-y-reduccion-de-la-pobreza-en-bolivia

4. Véase: http://www.la-razon.com/economia/Aumento-triplica-inflacion-acumulada-periodo_0_1804619590.html

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168384&titular=


24-05-2013

Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada de México

“A Evo hay que medirlo por lo que hace, no por lo que dice”

Mario Hernandez

Rebelión

-Mario Hernandez (MH): Buenos días, Guillermo Almeyra. Hemos estado escuchando música boliviana a lo largo del programa a raíz de la entrevista que vamos a tener con Guillermo en lo que yo definiría como un enfrentamiento del Movimiento al Socialismo (MAS), en el gobierno de Bolivia, con su base social, a partir de la huelga de la COB que comenzó el 6 de mayo y se prolongó hasta el domingo. Luego hubo una tregua de 48 horas que vencía hoy a las 8:00 am. ¿Qué reflexión te merece esta situación?

-Guillermo Almeyra (GA): Se acaba de llegar a un acuerdo que camina sobre cristales pero que es favorable al gobierno. Los mineros, los maestros, el personal de sanidad, los maestros rurales, cesaron sus movilizaciones, volviendo al trabajo. La jubilación se hará con el 70% y no con el 100% como pedía la COB pero sobre la base de los salarios de los dos últimos años y no de los 6 como planteaba el gobierno. También se ha formado una comisión con integrantes de los mineros para discutir la modificación de la Ley de jubilaciones. Es una especie de empate.

La situación de los mineros sigue siendo relativamente grave porque Huanuni arroja pérdidas y según la Constitución ninguna empresa estatal puede dar pérdidas, tiene que ser cerrada, hay toda una discusión si se despiden o no a los 5000 obreros mineros o cómo se hace para reducir las pérdidas. Hay motivos para conflictos futuros.

El problema central es que el MAS que era un pool de organizaciones sociales se ha dividido. Las organizaciones sociales urbanas como los mineros, los fabriles, los maestros, etc., están prácticamente en oposición. El gobierno se mueve con las organizaciones campesinas que lo apoyan, las organizaciones de mujeres indígenas campesinas y los sindicatos campesinos como los cocaleros. Hay un enfrentamiento entre el gobierno y los campesinos con los otros sectores urbanos que en su lucha no vacilan, como lo hizo la COB, en amotinar a la policía, con el argumento que también tenían que darle el 100% de jubilación o negociando con sectores de la oposición como hicieron en su momento algunos indígenas.

Esto tiene su base en que no ha sido resuelto el problema de las autonomías y de la construcción de un gobierno popular. El gobierno es centralizador, con el criterio de que hay que crear una Bolivia moderna, centralizada, que nunca hubo, cosa que es justa, que hay que desarrollarla porque sino no se puede acabar con la miseria.

En cambio, los movimientos históricos buscan satisfacer sus intereses y se enfrentan. En todo ese panorama se está desarrollando en el medio indígena una fuerte burguesía aymara en El Alto y alrededor de La Paz. Resumiendo, el gobierno está perdiendo apoyo en un sector que tradicionalmente lo apoyaba.

-MH: ¿Podríamos decir que está funcionando el“capitalismo andino”?

-GA: Una especie de capitalismo andino.

-MH: Basado en la gran minería, en el extractivismo.

-GA: Eso por parte del gobierno que intenta con un capitalismo de Estado desarrollar la extracción de materias primas, sobre todo minería, petróleo y gas.

-MH: Generalmente, cuando uno escucha a Evo sus discursos apuntan hacia otro lado, a la defensa del medio ambiente, a la reivindicación de la cultura de los pueblos originarios, el “buen vivir”, etc.

-GA: La realidad es otra. Hay que medir a la gente por lo que hace, no por lo que dice. Al rengo se lo ve cuando camina, no cuando habla sobre el movimiento.

-MH: Volviendo a la COB: Días atrás lanzó un Partido de los Trabajadores.¿Eso no se mezcla con la reivindicación por las pensiones?

-GA: También. No te olvides que Evo Morales y Alvaro García Linera, su vicepresidente, han forzado una interpretación de la Constitución, que no permitiría más que una reelección, para una segunda. Irán como candidatos del MAS. La derecha ha sido muy golpeada y no tiene candidatos que puedan enfrentar a Evo, que sigue contando con el apoyo mayoritario porque la mayoría de la población sigue siendo campesina y también cuenta con el apoyo de los indígenas, aunque no tanto de los de Oriente que de todas maneras son muy pocos. La COB está intentando crear con su partido una candidatura alternativa.

-MH: Una COB que por otro lado, no tiene la representatividad de la COB histórica. Tengo entendido que representa alrededor de un 25% de los trabajadores.

-GA: Exactamente. Por empezar los mineros, que eran la base de la COB histórica en los años 50, se han reducido muchísimo en número.

-MH: Se han desarrollado muchas cooperativas mineras.

-GA: Y también ha crecido la industria, pero no bajo la forma de fábricas con patrón, sino que se trata de pequeños talleres familiares, donde no se cumplen horario ni salarios mínimos, pero son muchísimos, sobre todo en El Alto. Esa es la característica de ese desarrollo familiar capitalista aymara que te comentaba.

Los movimientos sociales en el gobierno se han subordinado totalmente a una política desarrollista y extractivista

-MH: He visto que previo a analizar la situación en Bolivia escribiste un artículo sobre la necesidad que los movimientos sociales salieran de las reivindicaciones corporativas.

-GA: Ese es el problema central. Los movimientos sociales en el gobierno, como el MAS, se han subordinado completamente al ap

arato estatal y éste, por definición, mantiene las estructuras capitalistas del país y actúa en forma capitalista. En cambio, los movimientos sociales, intentan esbozar políticas alternativas al capital. Los movimientos sociales que gobiernan se han subordinado totalmente a una política desarrollista y extractivista que favorece a las grandes empresas transnacionales exportadoras de soja, grandes mineras, etc. No tienen base propia porque no tienen una política propia y están en crisis.

-MH: Muy agradecido por tu participación en “Fe de erratas”. Seguramente vamos a estar en comunicaciónen quince días porque me quedó pendiente la semana pasada abordar el crecimiento de los partidos neo-nazis en Europa. Si la coyuntura no nos apura, como en el caso de Bolivia, me gustaría que tratemos ese tema.

-GA: Con mucho gusto.