PCB presente na I Fiesta de Unidad y Lucha
No dia 02 de novembro de 2013, o camarada Victor Neves esteve representando o PCB na I Festa de Unidad y Lucha, órgão central de imprensa do Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). Para além de atividades artísticas e culturais, a Festa foi um importante espaço de debate sobre a situação dos comunistas em tempos de crise do capital. O PCB foi convidado a expor suas posições no que toca ao debate internacional: na mesa-redonda “Os rumos do Movimento Comunista Internacional”, e no “Encontro Internacional”. Nosso camarada também concedeu entrevista ao informativo, a ser publicada em breve.
A atividade ocorreu por ocasião da retomada após 25 anos da festa do periódico do PCPE, importante evento que refletiu o sólido crescimento que este partido tem experimentado – expresso tanto na quantidade de militantes presentes quanto na afluência de “amigos” e “próximos” do partido, assim como no alto nível de organização e no bom funcionamento da atividade. Este foi um importante espaço para o estreitamento dos laços com o PCPE, organização que cumpre papel imprescindível na Espanha, pois teima em manter erguidas as bandeiras da luta comunista, da independência da classe trabalhadora e do internacionalismo proletário num país em que as taxas de desemprego já atingem alarmantes 50% na juventude e quase 30% em geral.
Estiveram presentes às atividades, além do partido anfitrião e do PCB, o Partido Comunista Grego (KKE), o Partido dos Trabalhadores da Bélgica (PTB), o Partido Comunista da Turquia (TKP), o Partido Comunista do México (PCM). Foi enviada, diretamente de La Habana, saudação ao encontro da parte das FARC-EP, exibida em vídeo no “Encontro Internacional”, tendo arrancado muitos aplausos ao público.
Nosso representante na atividade fez a seguinte intervenção na mesa-redonda “Os rumos do Movimento Comunista Internacional”:
El Partido Comunista Brasilero (PCB) felicita a todos los partidos comunistas presentes, especialmente al organizador de la fiesta de Unidad y Lucha. El Partido Comunista de los Pueblos de España es, hoy en día, una referencia a todos los revolucionarios alrededor del mundo, a través de su ejemplo de lucha contra el capital y contra el reformismo que confunde la clase obrera y cumple papel de auxiliar del gran capital.
La profundización de la crisis del sistema capitalista pone muchos y complejos desafíos al movimiento comunista internacional. Después de la longa ola contrarrevolucionaria de los años 60 a los 80, estamos hace más de 20 años frente a un estado de guerra permanente contra los trabajadores. Esta guerra aparece claramente en las “pequeñas” guerras en las cuales se mete el imperialismo actualmente, y que no cesan de ocurrir una después de la otra. Son diferentes en extensión de las grandes guerras imperialistas, pero no nos debemos dejar engañar: cumplen la misma función de aquellas.
La guerra es uno de los principales medios de los sectores burgueses para salir de las crisis periódicas del capitalismo. Ella activa la industria bélica e sectores relacionados, abre el camino al saque de las riquezas nacionales e permite quemar el capital excedente. Los capitalistas también ganan con la reconstrucción de los países que ellos mismos destruyen.
Para justificar la guerra, siempre los mismos métodos: manipulación, estímulo al sectarismo, a la xenofobia e a las divisiones entre nacionalidades y religiones, cooptación de sectores dirigentes de los trabajadores, creación o supervaloración mediática de manifestaciones de grupos llamados “rebeldes”.
En esta guerra permanente, por ora se han salvado los países llamados “emergentes”, que son como socios más pequeños del imperialismo, legitiman la política de las grandes potencias e componen, como actores coadyuvantes, el Grupo de los 20. Estos países, que al inicio parecían se beneficiar con la crisis económica que afectaba principalmente los centros del sistema, también ya han empezado a sentir sus consecuencias.
En Brasil, los banqueros, las grandes empresas de la construcción civil, el agronegocio e los monopolios nunca han tenido tanto lucro como actualmente. Está en curso, en nuestro país, una política comandada por el gobierno del llamado “Partidos de los Trabajadores”, con el aval de la burguesía brasilera, de transformar el país en potencia imperialista latinoamericana. Para eso se financia con plata pública el crecimiento de ciertos grupos monopolistas, fusiones y adquisiciones de empresas, así como su expansión internacional hacia el dominio de mercados en otros países, principalmente en Latinoamérica y África. Esta plata, debemos tenerlo claro, viene del saqueo de los fundos públicos por la burguesía, que los reorienta hacia su autofinanciamiento en lugar de las políticas sociales y garantizadoras de derechos a la clase trabajadora.
Está en curso verdadero proceso de “contratransferencia de renda” en el país. Al contrario de lo que las apariencias indican, hay una transferencia de la riqueza nacional de los más pobres e de las capas medias a los más ricos, y esa se desarrolla por medio del Estado. Este es el garantizador del superávit primario, de las altas tasas de interés, del sistema tributario regresivo, y direcciona recursos fiscales y de la seguridad social a las empresas privadas de diversas manieras, como por ejemplo a través de préstamos subsidiados del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social. Hoy en día casi la mitad de nuestro presupuesto público se destina a pagar intereses y encargos de la deuda, en beneficio de los rentistas y de los banqueros que no llegan a 1% de la población. Aún más: para atender a los retos de los grandes empresarios y del agronegocio, el gobierno promueve la destrucción del medio ambiente y la deforestación de la región amazónica, que se torna a cada día más una combinación entre grandes plantaciones de soya, gigantescos pastos para el ganado y enormes usinas hidroeléctricas.
Por otro lado, sin la consolidación de un gran polo de resistencia proletaria, el capital saca de los trabajadores los pocos derechos que ellos han conquistado a través de su movilización. Para eso, se tratan los movimientos políticos y sociales contrarios a la orden capitalista como si fueran criminales. Asistimos actualmente a una escalada de la resignación en Brasil, y a un desencantamiento generalizado con la política. Este fenómeno, como siempre, está en la base de una “derechización” de la sociedad que puede tener consecuencias importantes, pero también puede constituir una base de trabajo para nosotros. Tenemos actualmente la urgente tarea de ayudar a avanzar la conciencia de clase contra el orden capitalista, y de poner a las claras que es posible hacer política de otra maniera que no esta de la democracia representativa burguesa. Pero lo intentamos con una correlación de fuerzas desfavorable: sufrimos hasta hoy el impacto de la contrarrevolución en la URSS y de la degeneración de muchos partidos llamados “de izquierda”, y también de importantes sectores sindicales.
En los límites del orden burgués, el futuro es sombrío. Más do que nunca, el régimen del capital produce creciente instabilidad económica, irracionalidad en la utilización de los recursos naturales y en la producción y distribución de las riquezas, absurda desigualdad social, guerras sangrientas y peligro para todas las conquistas históricas de la clase obrera en términos de derechos sociales.
Por todo esto, no hay más espacio para ilusiones reformistas. Los reformistas, meas do que nunca antes, son los grandes enemigos de la revolución socialista, porque iluden e desmovilizan los trabajadores, e así facilitan el trabajo del capital. En cada país las clases dominantes buscan construir un régimen de dos partidos políticos aparentemente contrapuestos, pero que solamente son dos cabezas para administrar las mismas exigencias del gran capital.
No podemos creer en ilusiones sobre la posibilidad de una transición fundamentalmente institucional, democrática y pacífica hacia el socialismo, a través de la obtención de mayorías parlamentares y la ocupación de espacios en el Estado burgués. La lucha de las masas, en todas sus formas y adaptada en cada local a su realidad específica, es e continuara a ser la única arma a servicio del proletariado.
Para nosotros, los comunistas debemos estar comprometidos con la unidad en el plano internacional y con el impulso de una frente internacional anticapitalista más amplia, sin concesiones a la socialdemocracia y valorizando las diferentes formas de lucha de los pueblos. Solamente de esta maniera podremos contribuir para el avanzo de nuestro proyecto de construir una sociedad socialista.
Saludos revolucionarios, y hasta la victoria.